La “Ciudad de la Caridad”, a la que pertenece el Hogar San Martín de Tours, es, como decíamos, uno de los apostolados propios de la familia religiosa del Verbo Encarnado.
El Instituto del Verbo Encarnado (IVE) es un instituto religioso de sacerdotes, seminaristas y hermanos que, junto a las hermanas “Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará” (SSVM) y a la Tercera Orden, conforma la familia religiosa del Verbo Encarnado. Fuimos fundados en Argentina el 25 de marzo de 1984 por el R. P. Carlos Miguel Buela. Y luego recibimos la aprobación canónica como Instituto religioso de derecho diocesano por S. E. R. Mons. Andrea Maria Erba, Obispo de Velletri-Segni (Italia), el 8 de mayo de 2004.
Nuestra vocación es seguir a Cristo más de cerca bajo la acción del Espíritu Santo. Queremos dedicarnos totalmente a Dios como a nuestro Amor Supremo, buscando su gloria de una forma nueva y especial, para la edificación de la Iglesia y la salvación de las almas.
Actualmente estamos misionando en los cinco continentes, trabajando pastoralmente en 93 Jurisdicciones eclesiásticas de 44 países diferentes.
Nuestra vocación es seguir a Cristo, el Verbo de Dios hecho carne, más de cerca bajo la acción del Espíritu Santo. Queremos dedicarnos totalmente a Dios como a nuestro Amor Supremo, buscando su gloria de una forma nueva y especial, para la edificación de la Iglesia y la salvación de las almas.
Queremos imitar lo más perfectamente posible a Jesucristo, en especial en el cumplimiento de los tres votos de castidad, pobreza y obediencia, impulsados por la caridad. Queremos a su vez, manifestar nuestro amor y agradecimiento a la Santísima Virgen suplicando su ayuda imprescindible para prolongar la Encarnación en todas las cosas, y por eso hacemos un cuarto voto de esclavitud mariana según el modo de San Luis María Grignion de Montfort.
Por el carisma propio del Instituto[1], todos sus miembros deben trabajar, en suma docilidad al Espíritu Santo y dentro de la impronta de María, a fin de enseñorear para Jesucristo todo lo auténticamente humano, aun en las situaciones más difíciles y en las condiciones más adversas; es decir, es la gracia de saber cómo obrar, en concreto, para prolongar a Cristo en las familias, en la educación, en los medios de comunicación, en los hombres de pensamiento y en toda otra legítima manifestación de la vida del hombre. Es el don de hacer que cada hombre sea “como una nueva Encarnación del Verbo”[2], siendo esencialmente misioneros y marianos.
La misión, recibida por el fundador y reconocida por la Iglesia, es llevar a plenitud las consecuencias de la Encarnación del Verbo, que “es el compendio y la raíz de todos los bienes”[3], en especial, al amplio mundo de la cultura, o sea, a la “manifestación del hombre como persona, comunidad, pueblo y nación”[4].
Si quiere conocer más acerca del Instituto del Verbo Encarnado, su espiritualidad y sus misiones, visita:
Si quiere conocer más acerca de la rama femenina, las Servidoras del Señor y de la Virgen del Matará, puede ingresar a:
Notas:
[1] Constituciones 30, 31, 32.
[2] Santa Isabel de la Trinidad, op. cit., Elevación nº 33.
[3] San Juan Crisóstomo, In Matt. Hom., II, 3.
[4] Juan Pablo II, Discurso a los hombres de la cultura con ocasión del jubileo de la Redención
Es una obra de misericordia del Instituto del Verbo Encarnado destinada a ayudar a personas con discapacidad que no tienen dónde vivir si no es con nosotros.
Cubillos 3305, Rama Caída, San Rafael, Mendoza, CP 5600
Son almas puras de Dios que con sus sufrimientos realizan lo que enseñaba San Luis Orione: son “Pararrayos de Dios” para que la Ira Divina, aplacada por su silencioso ofrecimiento, no se vuelque sobre la humanidad descarriada, pero también “imán de gracias” para el mundo necesitado.
Su gran misión, por tanto, es rezar y ofrecer por nosotros. ¿Quieres pedirles oraciones?